«Es hora de volver a cablear el sistema de la moda». Con esa frase comienza la actualización que han generado BOF & McKinsey para su informe anual The State Of Fashion 2020. En esta moda post covid-19, ¿hacia donde vamos?

Para ser totalmente honestos, antes de que la pandemia de coronavirus llegara para quedarse, los datos en torno a la industria de la moda no eran muy buenos para este 2020. Estos malos datos ya apuntaban a un año con mucha incertidumbre donde el pesimismo se hacía notar en todos los niveles de la industria.

Sin embargo, ante el hecho disruptivo del COVID19, una verdadera debacle económica y sanitaria, la perspectiva de la moda se ha tornado aún más oscura de lo que ya se presagiaba. La industria textil y de la moda ahora está en alerta roja. Esta imprevisible crisis humanitaria y financiera ha hecho que las estrategias previamente planificadas para 2020 sean redundantes, dejando a las empresas de moda expuestas o sin timón a medida. Las marcas de moda se enfrentan a un futuro incierto. ¿Cómo retomar todo después de este gran parón?

Cambios en la forma de consumo de moda post covid-19

Sin lugar a dudas es el punto más destacado de la era post covid-19. La forma de consumo de los usuarios ha cambiado. Ahora, prefieren más la compra online que la compra en tiendas físicas. El miedo o las restricciones impuestas hacen que los consumidores ya no disfruten igual de sus compras. Por ello, las marcas tienen que enfocarse a mejorar la venta online.

Mejoras en los procesos de logística, en la comunicación con potenciales clientes, en suavizar las condiciones de compra, cambios o devoluciones o implementar un sistema de ofertas/descuentos adaptado a cada tipo de consumidores son apuestas que los negocios online tienen que llevar a cabo.

El consumidor se ha vuelto menos impulsivo ante la incertidumbre económica. Por tanto, hay que ofrecer todo lo mejor para que gaste su dinero en una determinada marca.

Sostenibilidad y digitalización en la moda post covid-19

La “cuarentena de consumo” podría acelerar algunos de estos cambios de los consumidores de moda post covid-19, como una creciente antipatía hacia los modelos de negocio que producen desechos y mayores expectativas para una acción sostenible y orientada a un propósito. Mientras tanto, algunos de los cambios que presenciaremos en el sistema de la moda, como el cambio digital, el comercio minorista de temporada, el diseño sin temporada y la disminución de la venta al por mayor, son en su mayoría una aceleración de lo inevitable: cosas que habrían sucedido más abajo en el camino si la pandemia no los hubiera ayudado a ganar velocidad y urgencia.

Intraglobalización y neorrelocalización

El coronavirus también presenta a la industria de la moda la oportunidad de restablecer y remodelar completamente la cadena de valor de la industria, y una oportunidad de reevaluar los valores por los cuales mide las acciones.

Este también será un momento para la colaboración dentro de la industria, incluso entre organizaciones competidoras. Ninguna compañía pasará la pandemia sola y los protagonistas del retail de moda necesitan compartir datos, estrategias y conocimientos sobre cómo navegar la tormenta. Las marcas, proveedores, contratistas y minoritas también deberían encontrar formas de compartir la carga.

El peso de los valores en los consumidores

Los consumidores comenzarán a demandar más de las marcas, no de sus productos, sino de cómo suman las empresas en sus vidas, qué hay detrás de sus procesos y los valores que la construyen. Actualmente, las marcas que están teniendo el mayor engagement con su audiencia son aquellas que se han mostrado empáticas, vulnerables y reales ante la situación que ocurre a nivel mundial.

Nike, con sus mensajes de “play inside, play for the world”, Glossier enviando loción para manos a las enfermeras en Estados Unidos, Inditex poniendo a disposición de España su fuerza logística y así muchas otras que han decidido tomar una postura de solidaridad. Es un momento donde el consumidor está tomando conciencia de dónde y a quién destina sus compras, son aquellas marcas que han mostrado valores y acción en este momento las que serán recompensadas con fidelidad y compras más adelante.

El auge de la compra local

Probablemente si no conocías marcas de tu país, hoy conocemos unas cuantas que hacen presencia en las redes sociales y es que parte de las cosas positivas que ha generado el coronavirus es el interés y apoyo de lo fabricado en local.

La gran mayoría de los diseñadores locales son pequeños empresarios que, como todas las industrias, se han visto golpeados por la situación. Adquirir piezas hechas en tu país, no solamente es una tendencia del consumidor por apoyar a los negocios, sino también una forma de comprar piezas minimizando el riesgo de envíos del extranjero y procesos que nos hacen pensar “dónde ha estado mi paquete”, una preocupación latente dentro de los compradores.

Producir a demanda y no a masivo

Otra discusión que se ha conversado a raíz de la pandemia es cómo cambiará la forma de producción. Entre uno de los escenarios, se ha hablado de generar colecciones solo a demanda y no con proyecciones de ventas de años anteriores. Es bien sabido que muchas marcas de moda generan prendas que muchas veces terminan en los racks de descuento o tiendas outlets.

La crisis global ha hecho que varias marcas se replanteen el generar productos solo a demanda para minimizar costos y excedente de piezas, lo cual también ayudará a disminuir los impactos en el medio ambiente.

Conclusión

Sin duda, en pocas semanas la industria de la moda ha cambiado. A ello se le suma que los consumidores han cambiado también su forma de comprar y/o elegir una marca. Ahora, afortunadamente, prima más la sostenibilidad, los valores de marca o la fabricación local más que otros factores.

Nos hemos sentido vulnerables. Hemos descubierto la cara más oscura de la vida. Cómo algo tan pequeño puede cambiarnos la forma de vivir. Por tanto, es necesario remar todos hacia esta nueva normalidad más constructiva y menos destructiva. Sumar y nunca restar. Esto es cosa de todos los actores del proceso de venta: desde el diseñador, a los fabricantes, a las marcas o hasta los consumidores.

En los próximos meses iremos descubriendo como será esta moda post covid-19.

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